Endeavor, la única organización sin fines de lucro que apoya a los emprendedores de alto impacto alrededor del mundo, tiene el potencial de transformar la economía española en un momento en el que se necesita. En marzo de 2014, Endeavor anunció el lanzamiento de Endeavor España. Se trata de la segunda filial de la organización en Europa y que además cuenta con el apoyo de empresas españolas relevantes como BBVA, Telefónica, Indra, Gestamp o Grupo Iberostar. Hoy, nos sentamos con Adrián García-Aranyos, director general de Endeavor España, y hablamos sobre el estado del emprendimiento en España.

Emprendimiento ¿se hace o se nace? ¿Se trata de una cuestión de aversión al riesgo, educación o gobierno?

En el tiempo que llevamos operando en España nos hemos encontrado con ambos casos. Me explico: por un lado, hay emprendedores que se han hecho a sí mismos, algunos por haber encontrado una necesidad que había que cubrir, y otros porque se vieron empujados a ello por la situación laboral del país. Por otro lado, algunos emprendedores lo llevan dentro desde la infancia y aquí hay también dos subgrupos, unos que son emprendedores natos y siempre tenían algún negocio en mente y otros que lo han ido absorbiendo por ósmosis al ser hijos de emprendedores (no necesariamente emprendedores de éxito).

La cuestión de la aversión al riesgo hay que replantearla, porque todos los que se consideran conservadores en la toma de riesgo, y que por ello no emprenden, son aquellos que piensan que un puesto fijo en una corporación es una garantía y no tienen en cuenta lo peligrosamente expuestos que están a ser despedidos o de que una empresa que ellos no controlan pueda quebrar. Sí que es cierto que hay un componente educativo, más bien cultural, donde a las mentes más brillantes del país se las empujaba a opositar llevándonos a la situación actual del país. Esta mentalidad es algo que ha de cambiar.

 

PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos: ¿Qué tienen que decir sobre el emprendimiento?

Mi lectura de los programas electorales ha sido muy preliminar y no me atrevería a dar una opinión contundente. Sin embargo, sí que me he podido reunir con miembros de algunos de estos partidos para saber su posición con respecto al emprendimiento. Todos coinciden en el valor social que aporta el emprendedor, ya que genera empleo, habilidades, etc. Pero ninguno tiene una política de activación de la economía basada en fomentar el emprendimiento y apoyo a las scaleups españolas (empresas con un gran potencial de crecimiento). Ahora bien, todos tienen algún ingrediente importante dentro sus programas electorales, desde Ciudadanos aludiendo a cómo «el fracaso no debe de marcar de por vida al emprendedor personal o patrimonialmente» hasta Podemos hablando de «apoyo a la producción de nuevos productos y servicios basados en conocimiento».

Aun así, la cuestión no ha de ser qué dicen los partidos o sus líderes, sino cómo hacen frente a las realidades de los emprendedores. Cuando uno habla con emprendedores nacionales de relativo éxito, la mayoría no se ven claramente reflejados por los partidos. Por un lado la legislación laboral no les favorece, sobre todo a aquellas empresas que crecen por encima de un determinado número de empleados. Por otro lado, las modificaciones del régimen fiscal también suponen un quebradero de cabeza a la hora de crear, crecer o internacionalizar una empresa.

 

¿Zuckerberg o Winklevoss?

Si analizamos a ambos como emprendedores de éxito que son, yo diría que Zuckerberg Y Winklevoss, ya que ambos son muy admirables. El caso de Mark Zuckerberg es más claro, o al menos más conocido, empezando con la fundación de su  primera empresa, Synapse Media Player, cuando solo tenía 18 años; y luego ideando Facebook con apenas 20 años, una empresa que  10 años más tarde está valorada en más de US$ 200 millones. Por otro lado, tanto Cameron como Tyler son emprendedores natos, ya que fundaron con 21 años su primera empresa, ConnectU, y que hoy en día son una referencia en todo lo que es moneda digital y Bitcoin. Si bien es cierto que sus números son menos conocidos, solo sus activos en Bitcoin tienen un valor cercano a los 15 millones de dólares.

Lo que quiero decir es que lo que hay que valorar de ellos es que son todos emprendedores y con la buena fortuna de que todos han llevado a cabo proyectos de éxito.

 

El efecto de la crisis en España sobre el emprendimiento, ¿maldición o bendición?

El efecto de la crisis ha sido una bendición encubierta, pero desde luego una bendición. Ha obligado a que la gente salga de su zona de confort, algunos se han visto obligados a ir a otros países y, si tenemos suerte y las cosas van bien, volverán con mucho que aportar. Otros se han visto obligados a repensarse o reciclarse, lo que ha llevado a varios casos de emprendedores de éxito en los últimos 6-7 años. Está claro que necesitábamos salir del agujero en el que estábamos, porque desde luego que hay buen talento en España: hay un acceso relativo a capital (menos que en Estados Unidos, pero más que en países de América Latina) y se han dado una serie de circunstancias que han catapultado la palabra emprendedor.

En España debemos aprovechar esta nueva moda de emprender para fortalecer una serie de valores que ayuden a las nuevas generaciones a ver una oportunidad en crear algo propio. También se ha de luchar contra esa mentalidad de las generaciones anteriores que impulsaban a las personas más brillantes a opositar.

El efecto de la crisis sobre el emprendimiento en España ha sido una bendición encubierta, pero desde luego una bendición

 

Según datos de Spain Startup, solo el 1 % de las startup llegan a alcanzar los 50 empleados. ¿Cuáles son los obstáculos de España cuando se trata de crecer en escala? ¿Existen infraestructuras que ayuden a scale up?

Los obstáculos en el crecimiento se dan a nivel global, no solo en España. Las scaleups al final tan solo representan un 2-3 % de las empresas que se crean, pero a nivel de creación de empleo representan en torno a un 40 % de los empleos que se generan.

Precisamente la irrupción de Endeavor en España responde a esa carencia de infraestructuras de apoyo a las scaleups. Hasta ahora, las infraestructuras que existen en España para esa fase de crecimiento esencialmente vienen de la mano del ICEX y de unos pocos Venture Capitals  (capitales de riesgo) que pueden acompañar a las empresas en su recorrido internacional.

 

Hasta ahora, los cuatro emprendedores a los que estáis asesorando desde Endeavor España pertenecen a la industria de la tecnología. ¿Está ahí el futuro de España?

Los cuatro emprendedores que han pasado a formar parte de Endeavor España representan a tres empresas de sectores muy diversos. Worldsensing, si bien tiene un componente tecnológico importante, es una empresa con un fuerte componente industrial. Mobile Dreams Factory está también ligada a la tecnología, pero ellos ofrecen un servicio. Por último, Shot & Shop sí que es una empresa tecnológica. Todas ellas comparten algunos rasgos: en primer lugar, el desarrollo de sus servicios y tecnologías se ha hecho desde España, y por ello los empleos que están generando son esencialmente en el país. Por otro lado, tienen un componente tecnológico que siempre ha impresionado cuando las hemos puesto delante de nuestros mentores y consejeros internacionales. Sí es cierto que desde España se están desarrollando tecnologías que nada tienen que envidiar a Estados Unidos, Alemania, Inglaterra o Japón, pero el futuro de España está también en la industria, en el turismo, la moda, la agroalimentación, etc.

Fotografía de Tech Cocktail publicada en Flickr bajo licencia CC

Fotografía de Tech Cocktail publicada en Flickr bajo licencia CC

 

Cuando se trata de emprender, ¿existe en España el miedo al fracaso?  ¿Difiere este del de otros países?

Si tenemos en cuenta nuestro sistema legislativo, lo raro es no tener miedo al fracaso. Si bien el fracaso en España es una cuestión cultural, tiene un gran trasfondo legal: en España si alguien fracasa —es decir, si lleva una empresa a la quiebra— esto le seguirá de por vida. Si se puede demostrar que hubo mala fides me parece correcto, pero en los casos (que hay muchos) en los que el empresario lo intentó todo y no pudo llegar a buen puerto, no se puede penalizar al empresario, el cual responde con su propio patrimonio que puede (y suele) ser completamente ajeno al de la empresa. ¿No tendría más sentido limitar la responsabilidad solo a la sociedad y reestructurar esa deuda? ¿O evitar llegar al final del concurso de acreedores, que no deja de ser un proceso de liquidación?

El caso norteamericano es bien distinto. En Estados Unidos, cuando una empresa no puede hacer frente a sus deudas, tiene la opción de declarar una quiebra (Chapter 11), lo que implica reorganizarse bajo el amparo de la ley. El deudor mantiene el control sobre la operación, siempre bajo el auspicio de la corte o tribunal correspondiente, lo que le permite renegociar un plan de viabilidad. El problema de base es que la legislación norteamericana busca salvar a la empresa, mientras que la legislación española busca amparar a los acreedores. Ha de buscarse un término medio que permita dejar atrás ese miedo al fracaso.

Cuando se trata de emprender, si tenemos en cuenta nuestro sistema legislativo, lo raro es no tener miedo al fracaso

 

Recientemente, ha habido una fiebre por la creación de aceleradoras, incubadoras o canteras de emprendedores (instituciones dedicadas a impulsar emprendedores de talento mediante un proceso de entrenamiento, mentores y redes de contactos). De hecho, España, que cuenta con 38, es el segundo país europeo en número de aceleradoras e incubadoras.  En definitiva, hoy los emprendedores cuentan con más opciones, pero ¿es esta proliferación el inicio de una nueva burbuja? ¿En qué se diferencia Endeavor del resto?

Si bien es cierto que hay una fiebre de aceleradoras e incubadoras, eso es algo bueno porque necesitamos más iniciativas de apoyo al emprendimiento. Está claro que las 38 que comentas no van a poder asesorar, incubar y acelerar más de 10 proyectos de éxito cada una, pero si pueden tener un par de éxitos y llevar a que una de sus startups se convierta en scaleup estaremos en un buen punto.

Endeavor es muy diferente a las aceleradoras nacionales. Para empezar es una entidad sin ánimo de lucro con origen en Estados Unidos y con una trayectoria de más de 19 años y operaciones en más de 20 países. Buscamos potenciar las economías domésticas en las que operamos y para ello utilizamos la mejor herramienta, es decir, los emprendedores de alto impacto. El alto impacto siendo los empleos directos que van a generar, así como la capacidad de influir dentro sus ecosistemas, convirtiéndose en mentores, inversores e inspiración para futuros emprendedores. Estos emprendedores de alto impacto lideran scaleups de las que hablábamos antes, es decir, empresas con un gran potencial de crecimiento. Estas compañías suelen tener un modelo de negocio ya probado, una cierta tracción, un componente de innovación y están ante un punto de inflexión, lo cual hace que Endeavor les pueda aportar las herramientas que necesitan de cara a dar su siguiente paso.

La mayor diferencia entre Endeavor y otras organizaciones que apoyan el emprendimiento social es que, para nosotros, el emprendedor realiza una labor social creando empleos, riqueza intelectual y económica en las comunidades en las que opera. Por otro lado, no buscamos tomar una participación de la empresa ni hacernos con un porcentaje de la misma. La monetización de nuestro modelo viene de la generosidad y la gran disposición de nuestros patronos, quienes no solo financian la operación, sino que también dedican su tiempo y sus contactos a la hora de apoyar a nuestros emprendedores.

Nuestra máxima es la generación de empleos de calidad vía un modelo que se basa en ser Mentor Capitalist, es decir, operamos como un venture capital (capital riesgo) que en lugar de aportación económica realiza una aportación de mentoring con la idea de ayudar a los emprendedores a «pensar en grande». Los emprendedores que elegimos (y son los emprendedores y no las empresas) han de tener un compromiso total con: (1) su empresa —es decir, no nos sirve un emprendedor que está con ocho proyectos al mismo tiempo o trabajando en una multinacional mientras desarrolla otro proyecto— (2) con el proceso de selección de Endeavor, porque es largo, tedioso e implica mucho trabajo por parte del emprendedor; (3) y con el ecosistema, ya que es fundamental el giveback o retroalimentación al sistema cuando se alcance el éxito y sea el momento de ser mentor, inversor o donar dinero para ayudar a futuros emprendedores.

En Endeavor se realiza una aportación de mentoring con la idea de ayudar a los emprendedores a “pensar en grande”

 

¿Para cuándo un Silicon Valley?

Yo siempre suele decir que, «Silicon Valley ya existe y está muy bien donde está».  Está muy bien que todos queramos tener nuestro propio Silicon Valley pero nos tenemos que enfocar en dar los pasos apropiados de acuerdo a la realidad del país en el que estamos. Silicon Valley fue el fruto de una sociedad con un marcado gen emprendedor y de una serie de circunstancias histórico-económicas, así como de varias generaciones dedicadas al desarrollo empresarial. Si podemos aprovechar esta crisis para generar una cultura que fomente el emprendimiento, estaremos yendo por el camino correcto. Bien es cierto que España podría ser el epicentro del emprendimiento europeo por tener varios ingredientes fundamentales como el buen clima, con inviernos relativamente leves, y más de 7.000 kilometros de costa, que parece ser algo que siempre atrae.