De cuando me emborraché para olvidar la muerte y me desperté llevando tu ropa
Te puedo hablar de la fábula del cangrejo y el tenedor,
de cómo superar una pérdida en cinco pasos,
del pulpo enfermo de amor porque tenía tres corazones
Te puedo hablar de la fábula del cangrejo y el tenedor,
de cómo superar una pérdida en cinco pasos,
del pulpo enfermo de amor porque tenía tres corazones
Entonces yo no había oído hablar del silbido de los buques fantasma,
ni de trincheras adornadas por navidad, ni de ejércitos que perseguían
por la nieve a la muerte ni de ballenas varadas en las playas.
Se afeitaba y yo le miraba.