Algo parece estar cambiando en el negocio y la concepción de las galerías de arte… Unas combinan la exposición y venta de obras de arte con reuniones literarias y conciertos en acústico (como Slowtrack), otras funcionan como centros de creación multiformato (Espositivo), así como propuestas más arriesgadas en virtud de un desplazamiento del objeto expositivo clásico, el cuadro, hacia una línea de programación asentada en las artes escénicas (como es el caso de La Juan Gallery).

Pero, ¿son por lo general las galerías de arte espacios abiertos?

La tendencia actual en los espacios culturales es la de abrir las puertas a la participación activa de los diversos públicos. En cambio, las galerías de arte son espacios que siguen siendo aún más exclusivos y reservados de lo que eran los museos hace ya muchas décadas. Si bien es cierto que están abiertas a todo aquel que quiera visitarlas, tan sólo unos pocos pueden permitirse el lujo de comprar en ellas, y por lo tanto, participar activamente en el desarrollo del arte.

Libreta en mano: ¿qué se cuece en Madrid?

El presente artículo es un camino de reflexión en torno a los valores que han impulsado estos nuevos espacios, acerca de la democratización de la compra de arte y de la promoción del arte joven. En mi recorrido por estos temas he tenido el placer de entrevistar a Juan Gómez Alemán (cofundador de La Juan Gallery, 2015), Iván Cicchetti (director de Espositivo, 2014) y Helena Santos Elorriaga (gestora cultural de Slowtrack, 2013), representantes de tres de las galerías más innovadoras del panorama actual madrileño. Se trata de espacios nuevos que vibran como los laboratorios de ideas y en los que se respira la convicción de que el arte debe seguir siendo un motor de cambio. En sus raíces se encuentra también un cuidadoso trabajo por acercar el arte al barrio y a la ciudad, así como abandonar su relación con el elitismo económico y cultural.

 

ESPOSITIVO (Malasaña)

Inauguración en Espositivo con cuadros de Desi Civera y NemO’s. Foto: Espositivo

Inauguración en Espositivo con cuadros de Desi Civera y NemO’s. Foto: Espositivo

Para conocer mejor el desarrollo y la filosofía de este singular espacio de arte, me he citado con Iván Cicchetti, director y cofundador de Espositivo. Iván es un apasionado del arte. Él lo ha vivido en familia y cree firmemente en el valor que supone para una sociedad el apostar por el talento artístico joven. Me muestra su espacio; hablamos sobre Amarillo, la exposición colectiva que se pudo contemplar en Espositivo durante el mes de marzo, con excelentes trabajos de Desi Civera, Paula Bonet o María Argüelles, entre otros, y finalmente nos sentamos junto con su equipo (que después continúa trabajando) para centrar mejor los temas a tratar.

Espositivo surgió de la idea inicial de profesionales de áreas muy diversas (cine, audiovisuales, pintura, diseño, fotografía…) con un objetivo muy claro: trabajar con los artistas de una forma muy cercana, implicarlos en el proyecto y facilitar el espacio, en palabras de Iván, «como lugar de encuentro sentimental y creativo».

Con el arte joven podemos democratizar la compra de arte, impulsando de esta manera la carrera de prometedores artistas a través de un negocio rentable y extendiendo el disfrute particular del arte a todo el mundo. Iván Cicchetti

Me continúa contando:

En Espositivo consideramos que nuestro papel debe ser el de mediar entre el artista y el público. Los visitantes a nuestra galería deben entender que somos sencillos, que es un espacio abierto. Sólo así habremos cumplido nuestro principal cometido: que el arte que exponemos y vendemos pueda ser disfrutado por todos.

Nos estamos esforzando por democratizar la compra de arte. En nuestra galería estamos actualmente vendiendo obras realmente buenas a partir de 150 o 200 euros. Queremos gestar un nuevo perfil de coleccionista o comprador de arte: aquellos apasionados que siempre han pensado que no podían permitirse tales adquisiciones. Con el arte joven podemos lograr esto, impulsando de esta manera la carrera de prometedores artistas a través de un negocio rentable y extendiendo el disfrute particular del arte a todo el mundo.

De esta manera, Espositivo logra también oponerse a una forma de coleccionismo que tiene más que ver con la inversión económica que con la pasión por el arte (aunque hay excepciones). Y no sólo eso: Iván me comenta muchos ejemplos de cómo artistas jóvenes de una calidad indiscutible habitualmente se quedan fuera de los circuitos convencionales del arte y, por lo tanto, en serias dificultades de continuar su trayectoria profesional. Él lo explica así:

Es por ello que no queremos establecer barreras de público, de dinero, o que tengan que ver con la notoriedad alcanzada. Si nosotros consideramos que un artista es bueno, hablamos con él o con ella y hacemos lo posible por traerlo. Posteriormente lo damos a conocer a la ciudad con el entusiasmo que a nosotros mismos nos ha suscitado. Eso la gente lo nota, y es lo que fundamentalmente provoca que las inauguraciones se conviertan en llenos absolutos. Sobre todo ponemos en valor el arte como una creación artesana, bella en su sentido más amplio, en la que la parte conceptual es importante pero mucho más las manos, la vibración interna, la intuición artística.

Además están trabajando en un proyecto académico en el que artistas profesionales imparten talleres para artistas en formación o amantes del arte. Y me desvelan alguna idea más que tienen en mente y que saldrá a la luz en breve. ¡Estad muy atentos!

LA JUAN GALLERY (Lavapiés)

La Juan Gallery. Imagen extraída de Good2b

La Juan Gallery. Imagen extraída de Good2b.

Juan Gómez Alemán, cofundador de este espacio artístico ubicado en el barrio de Lavapiés, me comenta que el ritmo de trabajo es trepidante pero que está encantado de poder responder a mis preguntas.

Según Juan, «todo cabe en La Juan Gallery siempre que el contenido mantenga el principio de jugar con la persona como pieza de arte». Aquí se realiza un trabajo relacionado con las artes escénicas, como por ejemplo la convocatoria Acción x 2m.

Comienza la entrevista.

Las galerías de arte, tal como las conocemos hasta la fecha, venden cuadros, esculturas, grabados… ¿Qué nos ofrece La Juan Gallery?

El objetivo de la Juan Gallery es generar una experiencia entre el espectador y la obra (que en este caso es humana). Para nosotros la representación la genera el espectador en su cabeza, solo hay que darle la imagen disparadora para que esto ocurra y éste es nuestro objetivo, como artistas-galeristas-performers-visionarios que somos. El dinero es secundario, lo importante es el arte.

 

¿En qué os diferenciáis de un centro de artes escénicas? ¿Cuál es vuestro valor añadido?

Funcionamos como espacio expositivo. No es un teatro porque la gente no viene, se sienta, ve la obra, aplaude y se va. En nuestras exposiciones el público pasea entre las performances, tienen libertad de atención. Digamos que no concebimos lo que hacemos como un espectáculo, sino más como una exposición. El valor añadido es que tampoco somos una galería de arte al uso, con un fin comercial. Últimamente nos definimos más como centro de arte, casi un museo. Es un punto de encuentro para creadores del arte en acción.

 

Los visitantes que acuden a los eventos que organizáis, ¿pueden interaccionar con los actores? Si es así, ¿existen límites en esas interacciones? Os pido que seáis explícitos.

En la Juan Gallery hemos tenido propuestas más sensoriales donde inevitablemente había una interacción entre performer y público, como es el caso del Black Out Visita guiada al cuarto oscuro, o la Piel del Agua, un hamman sólo para mujeres donde se bañaba a las espectadoras. Nunca hemos tenido ningún problema. En el Black Out la gente iba a oscuras, percibían a gente teniendo sexo, probablemente algún espectador lo haya tenido, pero yo no te lo puedo confirmar.  El límite lo pone cada uno, tanto el que acciona como el que responde. Evitamos las propuestas que tienen como fin el dolor o la agresión, y tampoco nos interesan las que involucran a animales. Por lo demás, estamos abiertos a la interacción consciente y consentida.

 

Además de las artes performativas ¿realizáis otros eventos artísticos?

En la Juan Gallery realizamos todo tipo de eventos siempre y cuando el elemento protagonista esté vivo. Es decir, una lectura poética se convierte en Perfo-poesía, igual que el arte sonoro si se realiza en directo. Ahora preparamos un evento en el que fusionamos moda y arte vivo. También estamos trabajando en un homenaje a Paco Clavel, con una exposición que recorre su trayectoria profesional que llega hasta él mismo convertido en pieza de arte. En la Juan Gallery también hay lugar para la formación de artistas, escritores, actores, directores…. El concepto de arte vivo es tan amplío que da para mucho.

Un día tuvimos a una performer viviendo en el escaparate de la galería durante el fin de semana, y resultó genial la interacción con la gente que pasaba por delante. Juan Gómez Alemán

Vuestra ubicación es en la calle Juanelo, que desemboca en la plaza del Cascorro, en pleno corazón del Rastro. Eso lo aprovecháis para realizar actividades los domingos por la mañana, que está lleno de gente. ¿Cómo lo gestionáis? Imagino que la diversidad de gente que pasará por vuestra puerta será descomunal…

Nos divierte mucho hacer cosas los domingos porque es un día en el que pasa gente de todos lados, desde el matrimonio que busca comprar una mesa hasta la señora Rita que recoge las perchas que tiran los tenderos, familias con niños o turistas de todas partes. Nuestro objetivo como espacio es llegar a más gente de la que habitualmente llena los museos, las galerías o las universidades, y para eso el contexto del Rastro una mañana de domingo es genial. Un día tuvimos a una performer viviendo en el escaparate de la galería durante el fin de semana, y resultó genial la interacción con la gente que iba pasando de manera fortuita por la entrada de la galería. Así, de alguna manera, todos se convirtieron en parte de la performance.

 

¿Qué previsión de crecimiento tenéis? ¿Vais a desarrollar otras propuestas más adelante?

Nuestro objetivo es convertirnos en algo más que un espacio de arte. Entre los proyectos de crecimiento está La Juan House, una residencia para artistas y performers donde poder hospedar a gente con proyectos interesantes para la Juan Gallery, así como la Juan Van, un camión donde desplazarnos a lugares donde el arte vivo no ha llegado. El concepto es crear un museo de arte vivo allá donde estemos. También nos gustaría generar contenido para otros espacios y exportar nuestras experiencias a otros países.

SLOWTRACK (Lavapiés)

Exposición de Andy Goldsworthy que puede visitarse hasta el 21 de mayo. Foto: Slowtrack

Exposición de Andy Goldsworthy que puede visitarse hasta el 21 de mayo. Foto: Slowtrack

Con el objetivo de conocer mejor las propuestas de Slowtrack he tenido el placer de conversar con Helena Santos Elorriaga, gestora cultural de este espacio.

Slowtrack es una galería que apuesta fuertemente por el arte emergente. Además, han pasado por su espacio artistas que actualmente tienen gran proyección, como es el caso de la exposición que aún se puede visitar de Andy Goldsworthy. Nada más entrar en la web observo con atención unas palabras que se sostienen con la fuerza de un lema: «En Slowtrack se gestan ideas y ocurren cosas. Es un lugar de encuentro abierto a propuestas audaces y rigurosas. Slowtrack es un modo de vida. Es cálido y libre, abierto y participativo. Es dúctil y maleable».

Le pregunto directamente a Helena sobre el valor añadido de su galería, lo que les convierte en diferentes, aquello que ha conseguido que se construya una comunidad fuerte en torno a las propuestas artísticas que ellos ponen a disposición del público.

¿Nos puedes hablar un poco de las actividades que hacéis además de las exposiciones?

En el espacio de la calle Cañizares hemos organizado encuentros con colectivos de artistas y comisarios, algunos encuentros de video arte, pop ups.. El año pasado participamos en un programa en el que niños y niñas de Lavapiés visitaban galerías de arte contemporáneo del barrio. Estamos abiertas a propuestas vinculadas con el arte y la cultura que nos parezcan atractivas. Además trabajamos en la promoción de nuestros artistas en otros espacios nacionales e internacionales, mediante la participación en ferias y planteando proyectos curatoriales fuera de nuestro espacio. El último año hemos trabajado en diferentes proyectos en Portugal, por ejemplo.

Slowtrack es un proyecto apasionado y eso se respira. Helena Santos Elorriaga

¿Qué pensáis que es lo que más valora vuestra comunidad de vosotros?

Que no somos herméticas. Slowtrack es un espacio dinámico y abierto a nuevas propuestas; y que, al mismo tiempo, planteamos exposiciones y proyectos de calidad dentro y fuera de las pareces de la galería; que nuestras propuestas y las de nuestros artistas son rigurosas. Slowtrack es un proyecto apasionado y eso se respira.

 

A la hora de decidir a qué artistas invitar, ¿os ponéis en contacto vosotros con ellos, al revés, o se realiza a través de intermediarios?

Depende del caso. Trabajamos con artistas principalmente que hemos contactado nosotras, pero también con algunos que nos han contactado y nos ha interesado trabajar con él o ella. No tenemos una práctica preestablecida para esto.

 

¿Cuáles son los patrones en los que os basáis para apoyar la obra de un artista?

Que conectemos con su obra, con su discurso, que creamos en el artista y sepamos que vamos a trabajar bien juntos, en equipo.

Inauguración de 'Amalgama' de Eltono en 2014. Foto: Eltono y Miguel Rosón.

Inauguración de ‘Amalgama’ de Eltono en 2014. Foto: Eltono y Miguel Rosón.

 


 

Es el amor por el arte y la apuesta por un trabajo que articule a los artistas jóvenes con un público más abierto y amplio lo que convierte estas nuevas galerías en espacios con un potencial enorme. En su diversidad de propuestas, en su unicidad particular, cada una de ellas está sabiendo encontrar un rumbo propio que es, a su vez, un camino en el que estamos llamados todos a participar.