No sé cómo hablarte de la magia,

si me has robado todos los trucos que sabía.

No sé cómo hacer para jugar a las distancias,

a los medios tiempos.

Cómo hacer para que veas que yo,

un renglón equivocado de la vida,

Sonrío de ganas, y de más.

Cómo explicarte que mis pies van solos,

y me dejan en la puerta de tu casa.

Cómo hacer para que aparezcas de la nada,

o del todo.

Cómo hacer malabarismos de palabras,

Si todos parecen poco en tus labios.

Cómo decirte que te he metido en mi currículum,

entre aficiones y especialidades.

Ni sé cómo explicarte que ya no hay palabras,

ni gestos, ni suspiros,

que todo eso está de menos, cuando estamos de más.

 

Y por eso,

aunque siga mirando ese cartel que reza:

prohibido golpear a la memoria,

seguiré sonriendo cada vez

que se produzca ese delicado momento

en el que sonríes en mi cabeza,

a 7543 kilómetros de distancia

y un giro a la derecha.